El objetivo de este sitio es presentar la Educación Religiosa a partir del pensamiento de Juan Amos Comenio, quien plantea el modelo de una educación y formación en valores, virtudes y rectitud de vida desde el Evangelio, dirigido hacia la infancia y juventud.
Es fundamental comprender que a los niños y jóvenes se les puede brindar una influencia constructiva, aplicando diversas técnicas para lograr la eficacia y transformación de los mismos, quienes son el presente y futuro de las sociedades. Esta labor se convierte cada día en un reto, pues no sólo se desea dar una serie de conocimientos básicos, académicos, religiosos y científicos, sino generar en los educandos una postura madura y responsable ante la propia vida y ante el colectivo social, donde los valores y los conocimientos sean significativos e interdependientes desde el comportamiento como seres humanos. Esto se entiende como una dinámica social funcional, reflexiva y por lo tanto acertada a las necesidades de la época.
Es fundamental comprender que a los niños y jóvenes se les puede brindar una influencia constructiva, aplicando diversas técnicas para lograr la eficacia y transformación de los mismos, quienes son el presente y futuro de las sociedades. Esta labor se convierte cada día en un reto, pues no sólo se desea dar una serie de conocimientos básicos, académicos, religiosos y científicos, sino generar en los educandos una postura madura y responsable ante la propia vida y ante el colectivo social, donde los valores y los conocimientos sean significativos e interdependientes desde el comportamiento como seres humanos. Esto se entiende como una dinámica social funcional, reflexiva y por lo tanto acertada a las necesidades de la época.Dentro de la educación religiosa el diálogo es una herramienta relevante debido al efecto generado por la retroalimentación dirigida hacia el alumno a través del docente, haciendo que el aprendizaje sea una experiencia gratificante y contextualizada que ayude a construir al ser humano desde su ser como autorrealización personal.
El diálogo sincero, abierto y aprobatorio para el niño(a) y el joven es muy útil en el proceso formativo, ya que permite una toma de conciencia de la misma persona de sus actitudes, valores, logros y desaciertos lo que colabora en la formación de su personalidad, el desarrollo de su potencial intelectual y social, dando paso para que sean agentes multiplicadores en el futuro de aquello que han recibido. De esta manera se va construyendo una nueva sociedad. Obviamente se trata de un proceso lento pero a la vez eficaz. Mediante este proceso es donde se podrían transformar de manera estable, inteligente y pacifica nuestras sociedades.
